En el año 2014, la ciencia, a través de una investigación* nos aguó literalmente los deseos. Se concluyó que consumir alcohol luego de entrenar disminuía la capacidad de síntesis de proteínas. Pero este estudio sólo consideró una sesión de entrenamiento y no midió el efecto luego de algunas semanas.
Recientemente un estudio de la Universidad de Granada, España publicado en Nutrients** ha investigado si la ingesta de alcohol en base a cerveza o a un destilado como vodka, podría interferir en los resultados de un entrenamiento tipo HIIT luego de 10 semanas.
Los participantes entrenaron 2 veces por semana y consumieron diariamente de lunes a viernes 660 ml de cerveza (5.4% alcohol) o con vodka. Lo anterior fue dividido en una ingesta al almuerzo y otra en la cena (en el caso de las mujeres fue la mitad y sólo en la cena). Al finalizar el periodo de entrenamiento hubo ganancias en masa libre de grasa y reducciones en masa grasa en todos los grupos que entrenaron, independiente si consumieron o no alcohol durante las semanas que duró el estudio.
Los autores concluyeron que 10 semanas de entrenamiento HIIT fueron efectivos para modificar la composición corporal de los participantes y que no hubo interferencias en los resultados si consumían alcohol diariamente en cantidades moderadas.
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*Investigación liderada por Evelyn Parr de la Universidad de Bundoora, Australia (doi:10.1371/journal.pone.0088384)
