Nuestro equipo se encarga de brindar soluciones a medida a cada paciente. Para ofrecer un tratamiento efectivo y adaptado a cada paciente, es esencial realizar un diagnóstico preciso.
Las patologías más comunes incluyen fascitis plantar, juanetes, dedos en garra, neuromas, callosidades, y problemas en las uñas como onicocriptosis (uñas encarnadas).
El diagnóstico se realiza mediante una evaluación clínica y el uso de pruebas complementarias como ecografías, radiografías, baropodometría, y análisis biomecánicos, que nos permiten obtener una visión precisa de la estructura y funcionamiento del pie.
Tratar estas patologías a tiempo previene complicaciones mayores, como deformidades permanentes, problemas de movilidad o dolor crónico que puede afectar la calidad de vida y dificultar actividades cotidianas.
Dolor persistente en los pies, inflamación, cambios en la piel o uñas, dificultad para caminar, deformidades visibles, o lesiones recurrentes son señales claras de que necesitas una evaluación podológica cuanto antes.
No siempre, pero las pruebas complementarias son fundamentales cuando la patología no es evidente en una exploración clínica inicial. Nos ayudan a confirmar diagnósticos, evaluar el estado interno del pie y planificar el tratamiento más adecuado.
Las principales causas incluyen malas posturas, uso de calzado inadecuado, sobrepeso, actividad física intensa sin supervisión adecuada, y factores genéticos. Además, patologías sistémicas como la artritis o la diabetes también pueden afectar significativamente la salud del pie.